“Él estableció
testimonio en Jacob, y puso ley en Israel, la cual mandó a nuestros padres que
la notificasen a sus hijos, para que lo sepa la generación venidera, y los
hijos que nacieran; y los que se levantaran lo cuenten a sus hijos”. —Salmos
78:5-6 RVA
NVI Él promulgó un decreto para Jacob, dictó una ley para Israel; ordenó a nuestros antepasados enseñarlos a sus descendientes, para que los conocieran las generaciones venideras y los hijos que habrían de nacer, que a su vez los enseñarían a sus hijos.
La historia de Israel
está llena de grandes victorias. El pueblo vio a Dios hacer milagros, señales y
maravillas. Tristemente, con el pasar del tiempo, el pueblo poco a poco se fue
olvidando de las cosas que Dios hizo por ellos. Comenzaron a quejarse hasta que
se rebelaron contra Él. ¿Qué pasó? Se olvidaron de dar testimonio. Dejaron de
hablar de lo que Dios había hecho. “No se acordaron de que su mano, del día que
los redimió de la angustia. Cuando puso en Egipto sus señales y sus maravillas
en el campo de Zoán” (Salmo 78:42-43).
Hoy hablaremos sobre
el poder del testimonio, uno de los pilares que nos permite sostener un
avivamiento o mover de Dios. Tenemos la responsabilidad de decirle a los demás
lo que Dios ha hecho por nosotros, contarles a nuestros hijos el testimonio de
nuestra salvación, los milagros que hemos visto y que personalmente hemos
experimentado y exaltar el nombre de Dios por Su fidelidad en nuestra vida.
¿Qué
es el Testimonio?
Significado
según diccionario: Un testimonio es una afirmación de algo. El
término proviene del latín testimonium y está vinculado a una demostración o
evidencia de la veracidad de una cosa. ... En la antigüedad, testimonio se
utilizaba como sinónimo de testigo, que es la persona que ha observado un
cierto acontecimiento.
Testimonio, es la
declaración audaz, osada, escrita o hablada de lo que Dios ha hecho. Es una
declaración, relato o registro de la historia y obras poderosas de Dios, en y a
través de nuestras vidas. Cada vez que damos testimonio de la grandeza de Dios,
Él nos respalda y empieza a crear la atmósfera para que nuevos milagros y bendiciones
vuelvan a ocurrir. ¡Qué poderoso y maravilloso saber que cada vez que
declaramos un testimonio de sanidad, finanzas, restauración familiar o
liberación, se desata el ambiente propicio para que el milagro se repita en
quienes lo están oyendo!
Vivamos lo que dice
la palabra: “Por heredad he tomado tus
testimonios para siempre, porque son el gozo de mi corazón” (Salmo 119:111).
Los testimonios, lo
que Dios ha hecho en su vida y la forma cómo Él lo ha usado para ser de
bendición a otros, son su herencia para siempre. Así que no se canse de hablar
de las obras maravillosas de Dios. Comparta esas bendiciones con su familia,
hijos y amigos. Todos en su entorno deben conocer las bendiciones que Dios ha
derramado sobre sus vidas.
La
diferencia entre Predicar y Testificar
Predicar, es
proclamar el evangelio de salvación. Testificar,
es hablar de nuestras propias experiencias, como resultado de vivir la palabra.
El testimonio, es una forma de medir si lo que enseñamos está funcionando.
Predicar el evangelio debe producir milagros de salvación, liberación, provisión,
salud y mucho más.
Por consecuencia,
esto produce testimonios que se deben compartir. Una persona sin testimonios de
lo que Dios ha hecho en su vida, no tiene nada para respaldar su mensaje o lo
que predica. Una iglesia sin testimonio, no tiene credibilidad porque el
testimonio que acompaña la Palabra hace creíble el evangelio.
Seamos fieles a la
Palabra. El Salmo 119:46 nos dice: “Hablaré
de tus testimonios delante de los reyes, y no me avergonzare”. Avergonzarse
o NO testificar detiene el fluir o la multiplicación de la bendición. No se
conforme con el mismo testimonio de hace años. El Espíritu de Dios se mueve
constantemente para producir testimonios frescos de sanidad física, mental y
emocional; de liberación de demonios, y adicciones, de restauración familiar,
pago de deudas, transformación del corazón y aceleración sobrenatural en TODAS
las áreas.
El testimonio es su
legado, una declaración audaz de los hechos poderosos de Dios que se repite
cuando se comparte. Por lo tanto, no tema. Compártalo y diga: ¡Dios, hazlo otra vez!
·
1 Tim 1:15-16. 16 Pero precisamente por eso Dios fue misericordioso
conmigo, a fin de que en mí, el peor de los pecadores, pudiera Cristo Jesús
mostrar su infinita bondad. Así llego a servir de ejemplo para los que,
creyendo en él, recibirán la vida eterna.
Dirección
Carretera nacional Güigüe, Valencia Sector Flor de Bucarito a 200 mts de la Y.
Al lado de la recuperadora de metales Jhonny Tovar.
Correo electronico: iglesia.cristian.fe. apóstolica.profetica@hotmail.com .
Para mensajeria de texto 04128707634
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