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sábado, 7 de octubre de 2017

¡DIOS LO HARÁ OTRA VEZ!


“Él estableció testimonio en Jacob, y puso ley en Israel, la cual mandó a nuestros padres que la notificasen a sus hijos, para que lo sepa la generación venidera, y los hijos que nacieran; y los que se levantaran lo cuenten a sus hijos”. —Salmos 78:5-6 RVA


    NVI Él promulgó un decreto para Jacob, dictó una ley para Israel; ordenó a nuestros antepasados enseñarlos a sus descendientes, para que los conocieran las generaciones venideras y los hijos que habrían de nacer, que a su vez los enseñarían a sus hijos.

   La historia de Israel está llena de grandes victorias. El pueblo vio a Dios hacer milagros, señales y maravillas. Tristemente, con el pasar del tiempo, el pueblo poco a poco se fue olvidando de las cosas que Dios hizo por ellos. Comenzaron a quejarse hasta que se rebelaron contra Él. ¿Qué pasó? Se olvidaron de dar testimonio. Dejaron de hablar de lo que Dios había hecho. “No se acordaron de que su mano, del día que los redimió de la angustia. Cuando puso en Egipto sus señales y sus maravillas en el campo de Zoán” (Salmo 78:42-43).
   Hoy hablaremos sobre el poder del testimonio, uno de los pilares que nos permite sostener un avivamiento o mover de Dios. Tenemos la responsabilidad de decirle a los demás lo que Dios ha hecho por nosotros, contarles a nuestros hijos el testimonio de nuestra salvación, los milagros que hemos visto y que personalmente hemos experimentado y exaltar el nombre de Dios por Su fidelidad en nuestra vida.     
¿Qué es el Testimonio?
Significado según diccionario: Un testimonio es una afirmación de algo. El término proviene del latín testimonium y está vinculado a una demostración o evidencia de la veracidad de una cosa. ... En la antigüedad, testimonio se utilizaba como sinónimo de testigo, que es la persona que ha observado un cierto acontecimiento.
   Testimonio, es la declaración audaz, osada, escrita o hablada de lo que Dios ha hecho. Es una declaración, relato o registro de la historia y obras poderosas de Dios, en y a través de nuestras vidas. Cada vez que damos testimonio de la grandeza de Dios, Él nos respalda y empieza a crear la atmósfera para que nuevos milagros y bendiciones vuelvan a ocurrir. ¡Qué poderoso y maravilloso saber que cada vez que declaramos un testimonio de sanidad, finanzas, restauración familiar o liberación, se desata el ambiente propicio para que el milagro se repita en quienes lo están oyendo!
   Vivamos lo que dice la palabra: “Por heredad he tomado tus testimonios para siempre, porque son el gozo de mi corazón” (Salmo 119:111).
   Los testimonios, lo que Dios ha hecho en su vida y la forma cómo Él lo ha usado para ser de bendición a otros, son su herencia para siempre. Así que no se canse de hablar de las obras maravillosas de Dios. Comparta esas bendiciones con su familia, hijos y amigos. Todos en su entorno deben conocer las bendiciones que Dios ha derramado sobre sus vidas.
La diferencia entre Predicar y Testificar

   Predicar, es proclamar el evangelio de salvación. Testificar, es hablar de nuestras propias experiencias, como resultado de vivir la palabra. El testimonio, es una forma de medir si lo que enseñamos está funcionando. Predicar el evangelio debe producir milagros de salvación, liberación, provisión, salud y mucho más.
   Por consecuencia, esto produce testimonios que se deben compartir. Una persona sin testimonios de lo que Dios ha hecho en su vida, no tiene nada para respaldar su mensaje o lo que predica. Una iglesia sin testimonio, no tiene credibilidad porque el testimonio que acompaña la Palabra hace creíble el evangelio. 
   Seamos fieles a la Palabra. El Salmo 119:46 nos dice: “Hablaré de tus testimonios delante de los reyes, y no me avergonzare”. Avergonzarse o NO testificar detiene el fluir o la multiplicación de la bendición. No se conforme con el mismo testimonio de hace años. El Espíritu de Dios se mueve constantemente para producir testimonios frescos de sanidad física, mental y emocional; de liberación de demonios, y adicciones, de restauración familiar, pago de deudas, transformación del corazón y aceleración sobrenatural en TODAS las áreas.
   El testimonio es su legado, una declaración audaz de los hechos poderosos de Dios que se repite cuando se comparte. Por lo tanto, no tema. Compártalo y diga: ¡Dios, hazlo otra vez!
·         1 Tim 1:15-16. 16 Pero precisamente por eso Dios fue misericordioso conmigo, a fin de que en mí, el peor de los pecadores, pudiera Cristo Jesús mostrar su infinita bondad. Así llego a servir de ejemplo para los que, creyendo en él, recibirán la vida eterna.   
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