Dios es luz, y no hay
ningunas tinieblas en él. Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en
tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad, pero si andamos en luz, como
él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su
Hijo nos limpia de todo pecado. 1 Juan 1:5-7
Nada hay más
importante en la vida de un cristiano que su relación con Cristo. Cuando
tenemos una relación buena con Dios, también mantenemos una buena relación, paz
y comunión con los demás. No podemos decir que amamos a Dios y tener falta de
perdón o resentimiento hacia otras
personas; no saludar a nuestros hermanos o hablar mal de ellos, porque ante los
ojos de Dios eso equivale a hipocresía y caminar en tinieblas.
Como iglesia, debemos
quitarnos la máscara de religiosidad y aprender a confrontar con sabiduría. No
con la intención de ganar el argumento, sino de restaurar lo que está roto.
Solo de esta forma aprenderemos a perdonar a quienes nos han herido y la sangre
de Jesús nos redimirá de todo pecado.
¿Qué
hace nuestra relación con Dios?
De la condición de
nuestra relación con Dios dependerá la relación que tengamos con nuestro
prójimo. ¿Qué resulta de nuestra buena relación con Él?
Tratamos y
servimos mejor a la gente. Estar llenos del amor de Dios produce
compasión, paciencia y amor en nosotros, para con los demás. Si servimos a los
demás con la motivación o la actitud incorrecta, lo mismo haremos con Dios y
pronto perderemos la pasión por servir.
Recibimos
la bendición para ser de bendición. Cuando usted hace lo
correcto y se pone en posición de recibir la bendición de Dios, Él nos la
imparte. Pero recuerde que las bendiciones de Dios no solo son para nosotros,
sino para compartirlas y crear un circulo de Su amor y poder.
Tenemos
influencia en el mundo espiritual y en la gente. Cuando tenemos una
buena relación con Dios, las compuertas de bendición se abren sobre nuestra
vida. Cierra contratos que antes no se le daban, es bendecido por otras
personas, pero, además, Dios le da influencia sobre los demás. Todo, como resultado de tener una
buena relación con Dios, de estar de rodillas, de sembrar y obedecer.
¿Cuáles
son las bases para desarrollar nuestra relación con Dios?
a-. Un pacto de compromiso. No existe
relación sin compromiso. Dios no se compromete con usted, hasta que usted se
comprometa con Él.
b-. El amor a Dios. el motivo de toda
relación debe ser el amor. Debemos buscar a Dios porque le amamos, por quien Él
es, no por lo que hace o por lo que nos da.
c-. El temor de Dios. Toda
relación está basada en el temor de Dios y en respecto que le tenemos.
d-. La obediencia a Dios. Nuestra
relación con Él se basa en la obediencia
a Su Palabra.
e-. La comunicación. Es la base para
nuestra relación con Dios y con los demás. Nos comunicamos con Él a través de
la oración. Sin comunicación no hay relación.
¿Cómo
desarrollamos nuestra relación con Dios?
Poniendo a Dios
primero, sobre todas las cosas. En nuestra relación con Dios aprendemos a
arrepentirnos de todo pecado, trasgresión e iniquidad. El pecado fue el que
rompió nuestra relación con Dios. Donde hay pecado la relación con Dios está
rota.
Nuestra relación con
Dios se alimenta diariamente de oración, de Su Palabra, alabanza y adoración. De
esa forma le mostramos que estamos disponibles para Él y le damos tiempo de
calidad.
Es hora de caminar en luz, perdón, compañerismo y paz
con los demás. Cuando hacemos esto, removemos todas las cosas que obstaculizan
nuestra relación con Dios o que quieren tomar el lugar que le corresponde a Él.
Sin un corazón
abierto no hay una verdadera relación. Toda relación parte de un corazón
abierto, sea con Dios o con la gente
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