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viernes, 25 de marzo de 2016

¿DÓNDE ESTÁ EL ATALAYA?

 
Hijo de hombre, yo te he puesto por Atalaya a la casa de Israel, oirás, pues, tú la palabra de mi boca, y los amonestarás de mi parte. Cuando yo dijere al impío. De cierto morirás; y tú no le amonestares ni le hablares para que el impío sea  apercibido de su mal camino a fin de que vivas, el impío morirá por su maldad, pero su sangre demandaré a tus manos.- Ezequiel 3 : 17-18.

   ¿Alguna vez has visto en las noticias el rostro de un niño que tomó un arma de fuego y la llevo al colegio para dispararle a otros niños y personas inocentes? Cuando eso ocurre, la pregunta más inmediata y común que la gente se hace es: ¿dónde estaban sus padres? y la segunda es  ¿pórque los padres o los  maestros no lo evitaron? la reacción inicial es hecharle la culpa a la persona a cargo de ese niño (a). Sucede lo mismo cuando alguien se ahoga en una piscina. La primera pregunta es ¿Dónde estaba el salvavidas? ¿Porqué nadie cuidaba a las personas mientras nadaban? Cada vez que nos hacemos estas preguntas, reconocemos que alguien necesita estar siempre en guardia, alguien debe estar vigilando. ¡Alguien necesita ser un Atalaya!

¿Qué es un Atalaya? 

   El diccionario define al "Atalaya" como un hombre que vigila  desde una torre o una posición de mayor altura, y procura averiguar lo que sucede con el fin de actuar. Es alguien que cuida y protege. Esta persona puede ser un guardia de seguridad, atento para descubrir la amenaza de ladrones o de fuego, o un salvavidas que vigila mientras la gente se baña.

   El rol del Atalaya es crucial; necesita estar atento y tomar acción inmediata. ¿Pórque, de qué le serviria al salvavidas oír los gritos de auxilio de la gente, si le falta valor para lanzarse al agua para rescatarlos?

ATALAYA ESPIRITUAL.

Hijo de hombre, yo te he puesto como atalaya a la casa de Israel; oirás, pues, tú la palabra de mi boca , y los amonestará de mi parte. Cuando yo dijere al impio de cierto morirás; y tú no le amonestare ni le hablare, para que el impio sea apercibido de su mal camino a fin de que viva, el impío morirá por su maldad, pero su sangre demandaré de tu mano. Pero si tú amonestare al impío, y èl no se convirtiere de su impiedad y mal camino, él morirá por su maldad, pero tú habrás librado tu alma - Ezequiel 3 : 17-19

   El rol del Atalaya espiritual incluye estar constantemente oyendo a Dios y tomando acción.

1-. Oír a Dios.  Dios llamó a Ezequiel a ser un Atalaya de la casa de Israel, y a amonestar a los impios por la maldad que venían cometiendo, si Ezequiel no hubiera oído a Dios y advertido al pueblo acerca de la exhortación divina, dice la biblia que los impíos hubieran muerto por sus pecados, pero además Dios hubiera hecho responsable a Ezequiel por lo ocurrido, y la sangre de todos ellos habria sido derramada de su mano.

   Dios continua hablándonos hoy. Por ejemplo, puede ocurrir que usted este en un supermercado y que Dios le susurre algo al oido acerca de la cajera. También puede ocurrir que usted se encuentre en una calle, esperando que cambie la luz del semaforo, y de pronto Dios le diga algo acerca del conductor que esta justo al lado suyo. Cuando Dios nos habla, es porque quiere que hagamos algo para advertir a su pueblo. Es nuestra responsabilidad tener nuestros oídos atentos para oir la voz de Dios.

2-. Tomar acciòn. Cuando yo dijere al impìo: De cierto moriràs; y tù no le amonestare ni le hablares,para que el impìo sea apercibido de su mal camino a fin de que viva, el impìo morirà  por su maldad, pero su sangre demandarè de tu mano. - Ezequiel 3:18. Si oimos la advertencia de Dios pero fallamos en tomar acción, será como si Dios le hubiera hablado a un par de oidos sordos. Se necesita valor para que un bombero, después de escuchar el grito de auxilio, decida entrar en un edificio en llamas, a punto de derrumbarse. Para hacer eso, el bombero necesita poner sus temores a un lado, llenarse de valor y actuar. A Ezequiel le pasó lo mismo. Tuvo que poner a un lado los afanes y temores de ser rechazado y actuar al oír la voz de Dios. Si hubiera decidido no hacerlo, Dios le hubiera dicho: "...Pero su sangre (Yo Dios) demandare de tu mano".

EL LLAMADO.

   Jesús es el ejemplo perfecto de alguien que siempre supo cuál era su misión en la tierra, que oyó a su Padre y que no dudo en dar su vida para salvar a la humanidad.

Más Dios muestra su amor para con nosotros en que siendo aún pecadores, Cristo murio por nosotros. - Romanos 5:8

   Dios nos sigue hablando acerca de un pueblo que corre peligro. Es nuestra responsabilidad amonestar de parte de Dios a las personas que viven a nuestro alrededor - familiares, amigos, compañeros de trabajo, ect - y hacerles ver los caminos perversos por los que transitan. Sino lo hacemos ellos morirán a causa de su maldad, pero su sangre caerá sobre nosotros. Su muerte será nuestra responsabilidad, porque hubo un grito de auxilio, pero nos negamos a oír o ignoramos su clamor. ¿Y cómo sabemos que ellos están clamando por ayuda? Jesús dijo:

¿No decis vosotros: aún faltan cuatro meses para que llegue la siega? He aqui os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega. -Juan 4:35

   La cosecha está lista. La gente esta lista  para oír lo que tenemos que decirles de parte de Dios. No esperes que suceda una catástrofe, y luego se pregunten: ¿Dónde estaba el Atalaya? ¡Usted es un Atalaya! ¡Ellos son su responsabilidad. Párece y oiga la advertencia que hoy nos hace Dios. ¡Actúe! ¡Para eso fue llamado!
 Guillermo Maldonado. 52 Lecciones de vida IV. Clases para Casas de Paz. Ministerio Internacional del Rey Jesús. Enero 2014.

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