“Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres”.- Juan 8:36
La liberación, es el pan de los hijos de Dios. Es el choque violento de
dos reinos. Por un lado, el poderoso reino de Dios y por el otro, el reino de
las tinieblas. La expulsión de demonios es la mejor evidencia de que el reino
de Dios ha sido establecido en una persona, familia, iglesia, ciudad o nación.
No es lo mismo
estar demonizado que estar poseído.
Estar poseído quiere decir que la vida de una persona le pertenece
completamente al enemigo. Estar demonizado significa que algunas áreas de la
vida de esa persona están bajo la influencia de demonios.
“Y
algunas mujeres que habían sido sanadas de espíritus malos y de enfermedades:
María, que se llamaba Magdalena, de la que habían salido siete demonios”. – Lucas 8:2
Aquí, las mujeres son liberadas de
espíritus malos, entendiéndose que en algunas áreas tenían influencia de
demonios; pero esto no es posesión sino demonización.
¿Cómo
saber si alguien está demonizado?
Cuando hace cosas que van en contra lo
natural o tiene patrones o hábitos compulsivos que esclavizan. Esa persona:
1. Nunca tiene
descanso. Siempre está inquieta y alterada.
2. Es controlada por deseos compulsivos. Es algo tan fuerte que a menudo cae en pecado y adicciones; por ejemplo,
a la comida, alcohol, depresión, drogas, inmoralidad sexual, etc.
3. No es guiada por el Espíritu Santo,
sino por demonios. El Espíritu de Dios nos guía para
edificarnos; pero, los demonios controlan para destruir. La gente se vuelve
esclava de pensamientos o hábitos contra
los que lucha, y no puede escapar.
Síntomas de
influencias demoniacas.
Amargura y falta de perdón. Cuando abusa y ofende a otro es porque, generalmente, le hicieron lo mismo. La influencia demoniaca paga con la misma moneda.
Patrones compulsivos de conducta. Es la obsesión por hacer algo. Por ejemplo, lavarse las manos frecuentemente o limpiar obsesivamente la casa. Esto nos indica influencia demoniaca.
Depresión. Es el sentimiento prolongado de tristeza y la inhabilidad de superar problemas, lo que abre puertas a los espíritus demoníacos.
Temores y fobias. Cuando hay un temor irracional, es porque está operando un espíritu de miedo. Por ejemplo, a las alturas, a morir o a fracasar. El miedo atrae a los demonios.
Culpabilidad y auto condenación. Cuando confesamos nuestro pecado y Dios nos perdona, no podemos seguir culpándonos y condenándonos. Si no, un demonio está atacando nuestras emociones.
Enfermedades hereditarias. Muchas enfermedades se transmiten por la línea sanguínea. Cuando un familiar muere, los demonios buscan un descendiente para habitar en él. Este es uno de los peores síntomas de influencia demoníaca.
Sexo ilícito y aberraciones sexuales. Toda forma de sexo ilícito acarrea ligadura del alma e influencia demoníaca. Ejemplo: la homosexualidad, lesbianismo, fornicación, adulterio, etc.
Tendencias suicidas. El suicidio es rebelión contra el Espíritu Santo. La mayoría de suicidas, han sido maltratados, abusados y heridos y el diablo les hacer creer que suicidarse es la mejor alternativa. Mientras no arranquen de raíz su problema, no serán libres.
Violencia. Es contraria al orden de Dios. Quien actúa con violencia, abre puertas para que entren los demonios.
Aislamiento y conducta antisocial. La primera estrategia de los demonios es aislar a las personas, porque solas son presa fácil.
La liberación es para todos los que estén desesperados y cansados de luchar solos y en silencio. Si necesitas liberación, ¡Hoy es el día de rendirle toda área de tu vida a Cristo y recibir libertad total!.
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