17 Y
al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste
del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la
tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu
vida.18 Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo.19 Con
el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra,
porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.Génesis 3. 17-19
¿Qué es una
maldición?
Es empoderar a una persona para fracasar. En otras palabras, una persona
bajo una maldición permanece atrapada en un patrón en el que, aunque haga todo
lo correcto, no logrará obtener buenos resultados y lo que a otros les
funciona, a ellos no.
Aunque Jesús ya pagó el precio completo en la cruz, muchas maldiciones
continúan operando en la vida de quienes por ignorancia de la Palabra o por no
apropiarse de esta revelación, no caminan en el poder de esa verdad. Bien dice
la Escritura que “Mi pueblo perece por
falta de conocimiento” (Oseas 4:6)
¿Cuál es el
origen de la maldición?
La maldición entró por el pecado del hombre, pero Dios NO maldijo al
hombre. Los espinos y cardos a los que hace referencia Génesis 3 representan
las luchas, dificultades, escasez y pobreza; porque con la maldición vienen las
enfermedades, las aflicciones y la pobreza.
Señales de una
persona bajo maldición
1. El
Estancamiento. La persona se estanca en un área, como por ejemplo
en las finanzas o en cualquier otra área; y esto ocurre temporada tras
temporada.
2. La maldición resiste, demora, se opone y detiene el progreso.
Es como si una mano invisible se levantara contra usted y cada vez que está
listo para actuar, algo pasa; y lo que debió ser una bendición se torna en
pérdida o retroceso. Cuando la maldición está operando en sus emociones, la
madurez emocional se estanca, sus emociones quedan en el pasado y no hay un
proceso sano, de madurez. Se le dificulta salir de patrones dañinos o tener
buenas relaciones con los demás.
Asimismo, una maldición puede producir estancamiento en el propósito y
relación con Dios. Por más que una persona quiera crecer espiritualmente, algo
le hala hacia atrás, a la vieja manera de pensar, a las amistades indeseadas o
adicciones que lo hacen volver al mundo. Las maldiciones manifestadas en forma
de enfermedades físicas y mentales siempre van a obstaculizar y detener el
progreso de una persona y el cumplimento de su propósito en el Reino de Dios.
“Como el gorrión en su vagar y como la
golondrina en su vuelo, así la maldición nunca vendrá sin causa”. –Proverbios 26:2
Revise su vida.
Así podrá descubrir un patrón, en el que cada acto de obediencia desató
un ciclo de bendiciones; pero al mismo tiempo, con cada acto de
desobediencia se desató un ciclo de
maldiciones. La pregunta para usted hoy es: ¿Qué activó la maldición que está
operando en su vida?
Su estancamiento también puede proceder de alguien que lo maldijo. Pudo
haber sido su papá, su mamá, un familiar, o una figura de autoridad que le dijo:
“Nunca vas a prosperar, no sirves para nada, eres un inútil, etc.” Sin
embargo, usted debe saber que Jesús ya pagó el precio para que seamos libres de
toda maldición, pero la desobediencia y el pecado las vuelve a activar y éstas
siguen operando en su vida.
Así como cada acto de obediencia activa una bendición, cada acto de
desobediencia activa la maldición. Sin embargo, hoy vamos a romper las
maldiciones que han venido sobre su vida. El poder de Dios está aquí para
liberar. ¿Está usted listo?