Dijo el señor al siervo: Ve por los caminos y por los vallados, y fuérzalos a entrar, para que se llene mi casa - Lucas 14: 23
Somos bienaventurados al ser salvos y llenos del Espíritu Santo. Así como nosotros, en la tierra hay millones de personas que pueden testificar de la grandeza de Dios y Su misericordia. Sin embargo, todavía es necesario que haya alguien que, literalmente "fuerce a entrar" a la casa de Dios. a aquellos que aún no han confesado a Jesús como Señor y Salvador. A diario estamos rodeado de personas que desesperadamente necesitan el amor de Dios; son los enfermos, oprimidos, atados, solos, y todos los que tienen extrema necesidad de oír el Evangelio del Reino. Dios nos a dado autoridad para ir y predicarles, para que podamos llenar Su casa y nuestra casa de paz.
Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra - Mateo 28 : 18
En nuestro país, los oficiales de policia tienen autoridad para arrestar a cualquier persona que cometa un delito. Cuando son contratado, se les entrena para no tener miedo, para estar listo ante cualquier situación, y para detener a los delincuente. Ellos pueden arrestar a la gente porque tienen autoridad. No obstante, por encima de cada oficial de policia, juez, alcalde, gobernador, senador e incluso el de Presidente, siempre hay una autoridad mayor: Jesucristo. ¡Él es la maxima autoridad!
Habiendo reunido a sus 12 discípulos, les dio poder y autoridad sobre todos los demonios, y para sanar enfermedades - Lucas 9 : 1 , 2.
Del mismo modo, Dios nos ha dado autoridad y poder en el Espíritu para predicar el evangelio del Reino. Tenemos demasiada autoridad para quedarnos en silencio; tenemos demasiado poder para permanecer indiferente. Dios nos ha llamado a predicar, y nos ha dado autoridad y poder para hacerlo, de manera efectiva.
RAZONES QUE IMPIDEN PREDICAR EL EVANGELIO.
a-. Miedo hacer rechazado.
b-. Miedo a perder nuestra reputación.
c-. No saber que decir.
Nada hay imposible para Jesucristo. Él lo transformó a usted ¿verdad?. Así que, adelante, digale a otros; "Yo era ciego, pero ahora veo". Estaba perdido, pero Jesús me rescato". Estaba enfermo, pero ahora soy sano". Cuando no sepamos que decir, contemos a otros nuestro testimonio. Un testimonio es la prueba innegable de Jesucristo en la vida de uno. Cuando alguien habla acerca de Jesús, o cuando citamos un pasaje de la biblia surgen muchos argumentos.
Los arguentos son inevitables cuando ahí diversidad de doctrinas, religiones y teología, que se contradicen. Es lógico que una persona con, un argumento siempre esté a merced de una persona con una experiencia. Nadie puede cuestionar o discutir una experiencia personal. Por eso, nuestro testimonio personal elimina cualquier argumento que intente venir contra nuestra fe.
Tener poco o ningún conocimiento de algunos versículos biblícos, practicar una religión u observar ciertas tradiciones, nos indica que la persona en esas condiciones necesita tener un encuentro personal con Jesús y Su poder, y recibir el regalo de la salvación.
Y DESPUÉS DE PREDICAR EL EVANGELIO Y COMPARTIR NUESTRO TESTIMONIO, ¿QUÉ?
Debemos llevarlos a confesar con su boca. Una forma de hacerlo es que diga la oración de salvación. ¡Hay que obligarlos a entrar a la casa de Dios. El deseo de Dios es que todo el mundo se congregue; hay que forzarlos, arrestarlos, y obligarlos a entrar a la casa de Dios. Nadie recoge bues percado y lo tira de nuevo al agua, ¿verdad?. TRaiga a sus amigos a la casa de paz. Recojalos, haga que lo acompañen, rescatelos del mundo y testifiquele lo que Jesús a hecho y sigue haciendo en su vida!
Y les dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres - Mateo 4:19
¿QUÉ DEBEMOS HACER?
a-. Debemos romper el silencio y la verguenza para poder predicar el evangelio, sin temor, en las escuelas, en las universidades, barrios, calles y en todas partes.
b-. Debemos romper el silencio religioso, y que todos sepan que Jesucristo es la verdad absoluta.
c-. Debemos romper el silencio que produce la apatía, y pedirle a Dios que nos dé Su pasión por salvar vidas, para que podamos salvar a los jóvenes de nuestra ciudad y llevarlos al reino.
d-. Debemos romper el silencio provocado por el miedo, y llenarnos de fe para demostrar con milagros, señales y prodigios el poder que hay detrás del mensaje del Reino.
¿Cuándo fue la última vez que guió a alguien a la salvación?¿Cuándo fue la última vez que compartió su testimonio con los inconversos?¿Cuándo fue la última vez que obligó a alguien a entrar a la casa de Dios?
¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cuál no han creído; ¿Y cómo creerán en aquel de quién no han oído ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?¿Y cómo predicaran si no fueren enviado? Como está escrito: Cuá hemosos son los pies de los que anuncian la paz, de las que anuncian buenas nuevas! - Romanos 10: 14 - 15
El miedo no es una opción. Tenemos la autoridad, el poder , y el mensaje; ahora, ¡Vamos a llenar la casa de Dios!. El corazón de Dios late por las almas.¡ N o se trata de vivr solo para Dios, sino para que Dios y su vida eterna vivan y operen en nosotros y a través de nosotros!.
Guillermo Maldonado. 52 Lecciones de vida IV. Clases para Casas de Paz. Ministerio Internacional del Rey Jesús. Enero 2014.
No sabes como has iluminafo mi vida como lider de jovenes que soy puedo explicar este tema con gran pasion.
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