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miércoles, 1 de noviembre de 2017

SOMETIDOS PARA EJERCER AUTORIDAD.

Entrando Jesús en Capernaum, vino a él un centurión, rogándole,y diciendo: Señor, mi criado está postrado en casa, paralítico, gravemente atormentado.Y Jesús le dijo: Yo iré y le sanaré.Respondió el centurión y dijo: Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; solamente di la palabra, y mi criado sanará.Porque también yo soy hombre bajo autoridad, y tengo bajo mis órdenes soldados; y digo a éste: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace.10 Al oírlo Jesús, se maravilló, y dijo a los que le seguían: De cierto os digo, que ni aun en Israel he hallado tanta fe.Mateo 8 . 5-10
   El oficial del ejército romano entendía el concepto de estar bajo autoridad. Por eso le dijo a Jesús que, con solo decir la palabra, su criado sanaría. ¡Eso es autoridad!

¿Qué significa la expresión “estar bajo autoridad”?
   En nuestros medios, estar bajo autoridad significa estar bajo sumisión, obedientes a la autoridad divina y a la unción y protección del Espíritu Santo. Todos a diario nos sujetamos a diferentes autoridades: a Dios, a la Palabra, al pastor o jefe, al gobierno, a la policía, entre otros. Todos tenemos alguien a quien rendirle cuentas. Cuando nos sometemos a la autoridad, estamos igualmente protegidos porque la sumisión actúa como una sombrilla de protección para nosotros y nuestras familias. Por eso no debemos ver la sumisión como control, sino como protección. Algunos dicen que la sumisión es una forma de control, pero es solo para no dar cuentas a nadie. Cristo mismo estaba continuamente sometido a su Padre (Juan 5:19). La sumisión a la autoridad tiene niveles: Todos nos sometemos a Dios y a su palabra; en nuestra comunidad nos sometemos al gobierno y a las autoridades; en la iglesia a los pastores y el gobierno de la iglesia; en la familia los hijos y la mujer se someten al padre.
   Asimismo, si desea ejercer autoridad sobre el mundo espiritual y moverse en el poder sobrenatural de Dios, debe estar siempre sometido a su autoridad. Si se mantiene bajo autoridad, va a poder operar con mayor efectividad en la dimensión de milagros, sanidades y liberación. Los demonios reconocen la autoridad en una persona.
“Pero algunos de los judíos, exorcistas ambulantes, intentaban invocar el nombre del Señor Jesús sobre los que tenían espíritus malos, diciendo: Os conjuro por Jesús, el que predica Pablo. Había siete hijos de un tal Esceva, judío, jefe de los sacerdotes, que hacían esto. Pero respondiendo el espíritu malo, dijo: a Jesús conozco, y se quién es Pablo; pero vosotros, ¿Quiénes sois? Y el hombre en quien estaba el espíritu malo, saltando sobre ellos y dominándolos, pudo más que ellos, de tal manera que huyeron de aquella casa desnudos y heridos”.—Hechos 19:13-16
   La palabra nos enseña que algunos exorcistas ambulantes, intentaron usar el nombre de Jesús sobre los endemoniados, pero los demonios no les hicieron caso, porque ellos solo reconocen la autoridad que viene de Jesús.
 Los demonios le temen a Jesús, por tanto, también le temen a la persona que tiene a Cristo en su corazón.

   Jesús le rinde cuentas a Su Padre. ¿A quién le rinde cuentas usted? Si no le rinde cuentas a nadie, eso quiere decir que tiene su propia agenda y no le gusta que nadie le diga qué debe hacer. Por lo tanto, está en desobediencia a Dios y a sus autoridades. Si no es una persona sometida a la autoridad divina y natural, no se ponga a echar fuera demonios porque estos lo atacarán. Pero si está bajo autoridad, échelos en el nombre de Jesús; ordénenles que se vayan de su casa, de sus hijos y de sus finanzas. La sumisión le empodera para caminar en el poder sobrenatural de Dios. ¡Toda la gloria sea para Jesús!

·         Es decir, la cobertura o protección espiritual para el pueblo de Dios sólo puede darse cuando hay un sometimiento al cuerpo ministerial llamado por Dios

·         La posición más poderosa en la tierra es bajo autoridad.
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