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sábado, 12 de noviembre de 2016

DEL FRACASO A LA VICTORIA.



Más el pueblo que habita aquella tierra es fuerte, y las ciudades muy grandes y fortificadas; y también vimos allí a los hijos de Anac. Amalec habita el Neguev, y el heteo, el jebuseo y el amorreo habitan en el monte, y el cananeo habita junto al mar, y a la ribera del Jordán. Entonces Caleb hizo callar al pueblo delante de Moisés, y dijo: subamos luego, y tomemos posesión de ella; porque más podemos nosotros que ellos. Más los varones que subieron con él, dijeron: No podremos subir contra aquel pueblo, porque es más fuerte que nosotros. Y hablaron mal entre los hijos de Israel, de la tierra que habían reconocido, diciendo: La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra que traga a sus moradores; y todo el pueblo que vimos en medio de ella son hombres de gran estatura. También vimos allí gigantes, hijos de Anac, raza de los gigantes, y éramos nosotros, a nuestro parecer, como langostas; y así les parecíamos a ellos. -Números 13: 28 - 33. 


 ¿Cuál es la diferencia entre una persona que triunfa y una persona mediocre? Para muchos la diferencia está en las riquezas que acumulan; pero la verdadera diferencia radica en la actitud con la que reaccionamos ante el fracaso. Cada uno de nosotros en algún momento hemos fracasado. Mi pregunta es, ¿con qué actitud hemos reaccionado.


¿Qué es la actitud?


   Actitud es el modo de comportarse o de actuar antes una determinada circunstancia. Es la predisposición interna, anímica y mental con la que un individuo enfrenta las situaciones adversas de la vida. Al apóstol Pablo le tocó vivir muchas de esas circunstancias, y su actitud siempre fue de ánimo. Ël decía:


¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Como está escrito: por causa de ti somos muertos todo el tiempo; somos contados como ovejas de matadero. Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.- Romanos 8 : 35-37


El ánimo.


   La palabra "ánimo" en griego es parakaleo, que significa "alentar, confortar, exhortar, consolar y recibir consolación": esa actitud de ánimo la vemos en 1Tesalonicenses 5:11, cuando Pablo exhorta a los hermanos diciendo: "Por lo cual, animaos unos a otros, y edificaos unos a otros, así como lo hacéis". Hay dos cosas que debemos entender:
 
1-. Nuestra actitud contagia a quienes tenemos alrededor.


2-. La actitud es una decisión del corazón; es decir que usted decide estar contento, enojado o triste.


La gente que fracasa.


   Estas personas por lo general tienen un concepto mediocre de sí mismo, y suelen agrandar los problemas; por eso no pueden ejercer autoridad ni dominio. Lamentablemente, siempre será mayor el número de personas que tienen un enfoque pesimista y negativo de las cosas, y esto las conducirá al fracaso.


La actitud ganadora.


Y Josué hijo de Nun y Caleb hijo de Jefone, que eran de los que habían reconocido la tierra, rompieron sus vestidos, y hablaron a toda la congregación de los hijos de Israel, diciendo: La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra en gran manera buena. Si Jehová se agradare de nosotros, él nos llevará a esa tierra, y nos la entregará; tierra que fluye leche y miel. Por tanto, no seáis rebeldes contra Jehová, ni temáis al pueblo de esa tierra; porque nosotros los comeremos como pan; su amparo se ha apartado de ellos, y con nosotros está
Jehová; no los temáis.- Números 14: 6-9


¿Cómo reconocer a un vencedor?


1-. Los triunfadores ven el fracaso como algo temporal y se mantienen enfocados en la meta final.


2-. Los triunfadores toman decisiones a largo plazo para crear el futuro que desean, mientras que los mediocres toman decisiones en base a la urgencia actual.


3-. Los triunfadores varían sus estrategias, mientras los mediocres siguen haciendo lo mismo esperando resultados diferentes.



   Veamos algunos ejemplos: los triunfadores dan cantidades de dinero que nunca han dado porque quieren más cosechas; oran más tiempo porque quieren más unción: aman a sus enemigos porque quieren bendición; sirven al hombre o a la mujer de Dios porque anhelan herencia espiritual.



   Hoy el señor quiere sacarlos del fracaso temporal y llevarlos a una victoria absoluta, contundente, aplastante, continua e irrevocable. La pregunta es: ¿Está dispuesto a cambiar su actitud?
Guillermo Maldonado. 52 Lecciones de vida IV. Clases para Casas de Paz. Ministerio Internacional del Rey Jesús. Enero 2013

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